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Medioambiente

Plástico en el aire que respiramos

Plástico en el aire que respiramos
29 Jun
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Estudios recientes alertan de la presencia de microplásticos en la atmósfera y de cómo estos afectan a las bacterias marinas que producen una buena parte del oxígeno de la Tierra.

 

Desafortunadamente, están a la orden del día las noticias que muestran como el plástico se acumula en todo tipo de ecosistemas o como la fauna marina se ve afectada por el consumo del mismo. Los científicos de todo el mundo se han adentrado en el estudio de las consecuencias que su uso desproporcionado y mala gestión están produciendo, y a medida de que se van publicando los resultados el problema va adquiriendo dimensiones mayores.

 

Plástico en la atmósfera

El estudio titulado "Atmospheric transport and deposition of microplastics in a remote mountain catchment", publicado en la revista Nature Geoscience, informa de como los microplásticos pueden viajar a través de la atmósfera y terminar en regiones muy alejadas de su fuente de emisión original. 

El equipo, el cual que llevó a cabo su investigación en una cuenca remota de los Pirineos franceses durante un período de cinco meses, encontró que cantidades sustanciales de microplásticos y residuos de fibra se acumulaban en sus alrededores. Halladas partículas de tamaños menores de cinco milímetros de largo, muchas de ellas no visibles a simple vista, los científicos pudieron calcular la tasa de deposición diaria de microplásticos que se sitúa en unas 365 partículas por metro cuadrado.

De este modo, usando simulaciones atmosféricas, los autores demostraron que los estos microplásticos pueden viajar a través de la atmósfera desde distancias de al menos 100 kilómetros, proporcionando una explicación a como podía haberse encontrado tal cantidad en una zona de montaña como los Pirineos.

Este estudio sugiere que el transporte atmosférico puede ser una vía importante por la cual los microplásticos pueden alcanzar e impactar regiones prístinas que se creían ajenas al problema, pero también el indicio necesario para sospechar que además del plástico que acaba en nuestro organismo a través de su acumulación en las cadenas tróficas, podríamos estar respirando considerables cantidades de plástico.

 

 

Más plástico, menos oxígeno

El estudio titulado "Plastic leachates impair growth and oxygen production in Prochlorococcus, the ocean’s most abundant photosynthetic bacteria", publicado en la revista Communications Biology, informa que las bacteria del genero Prochlorococcus que producen más del 10% del oxigeno de la Tierra son susceptibles a la contaminación plástica. La exposición a sustancias químicas filtradas por la contaminación plástica interfiere con el crecimiento, la fotosíntesis y la producción de oxígeno de estas bacterias. 

 

"Nuestros datos muestran que la contaminación plástica puede tener impactos generalizados en el ecosistema más allá de los efectos conocidos sobre los macroorganismos, como las aves marinas y las tortugas", comenta Sasha Tetu, de la Universidad Macquarie.

 

 

Fuente: National Geographic